“Los verdaderos líderes ponen el ego a un lado y se esfuerzan por crear sucesores que vayan más allá de ellos”. Esta frase pertenece a Lorin Woolfe, experto en liderazgo y autor de varios libros sobre el tema y describe, exactamente, lo que no están haciendo la mayoría de líderes de las empresas.
Y el tema es entendible, pero no aceptable. En primer lugar, la persona puede pensar que si busca a un sucesor que es mejor que él y lo prepara, corre el riesgo de perder el trabajo en favor de ese sucesor y, en segundo lugar, hay un tema de ego en el sentido de que en su fuero interno piensa que nadie es o puede llegar a ser mejor que él. En realidad esta forma de pensar inadecuada marca la diferencia entre ser un jefe y ser un líder.
Evidentemente, es muy difícil que la empresa tenga los recursos suficientes como para tener en su plantilla a todos los sucesores de los puestos clave, pero aun así es preciso que sí lo tenga por lo menos para el Gerente General y algún otro puesto importante. Y es que el daño que se genera por hacer sucesiones improvisadas, sea con alguien interno o externo a la organización, eligiendo personas sin el perfil adecuado y sin un plan de entrenamiento, supera con creces la inversión necesaria para tener a los sucesores adecuados.
Los mercados evolucionan y traen a las empresas nuevos retos que, en muchos casos, deberán ser enfrentados por ejecutivos con perfiles diferentes a los actuales. El tener en claro esto dará dirección a la gestión y un marco que permita escoger y preparar a los sucesores de la mejor forma.
Tema aparte son las empresas familiares donde, a veces, prima la emoción sobre la razón. Quizás la decisión más importante es si el sucesor va a ser alguien de la familia o no. Si es que va a ser alguien de la familia, deberán establecerse reglas muy claras que necesariamente deben ser aceptadas por todos, lo que facilitará el alineamiento necesario para lograr los objetivos y, si va a ser alguien externo, igualmente deberán fijarse reglas que establezcan el marco que permita a esta persona trabajar sin interferencias de los familiares.
Alberto Haito
Director de ARELLANO