La crisis del coronavirus ha desnudado una debilidad en la mayoría de empresas: la falta de innovación en productos y servicios. Sucede que por una priorización errónea las empresas han estado postergando el desarrollo de innovaciones y hoy, en medio de esta crisis, se han dado cuenta que las necesitan más que nunca.
El no haber trabajado en su momento ya es parte del pasado y no vale la pena desperdiciar el tiempo lamentándose. Lo que toca ahora es poner foco en el futuro y activar de la mejor forma posible un esquema de desarrollo de innovaciones que esté de acuerdo a la nueva realidad que estamos viviendo y que, aún cuando haya un mayor control sobre la pandemia, implicará cambios en la forma de vivir y trabajar del futuro.
Sin embargo, el desarrollar innovaciones no es solo un tema de entusiasmo sino también de contar con los recursos necesarios, entre ellos el talento, la dedicación de tiempo y el tener una marco que ordene el trabajo. No contar con estos requisitos nos puede hacer caer en el error de lanzar productos o servicios indiscriminadamente con la esperanza de que alguno tenga éxito, siendo el resultado final una empresa llena de SKU´s poco relevantes, de baja rentabilidad y con una vida corta.
Sobre este tema, en un artículo anterior recomendamos la utilización de la metodología “stage gate”, sobre la cual podemos encontrar una serie de artículos e incluso libros. Esta metodología, básicamente, lo que busca es ordenar el proceso de innovación a través de un esquema tipo “embudo”, lo que implica comenzar con una serie de ideas e iniciativas, las cuales van decantando en una cantidad menor en la medida en que se va avanzando en el proceso, quedando vigentes proyectos que superen una serie de requisitos tales como rentabilidad, posibilidades de éxito en el mercado, nivel de la inversión necesaria, afinidad con la empresa, etc.
Lo dicho se puede hacer tan sofisticado como lo requiera la empresa y sus recursos lo permitan. Idealmente, se debe formar un grupo multidisciplinario de personas que, sin abandonar sus labores cotidianas, se dediquen a esta actividad.
Alberto Haito
Director de ARELLANO