¿Por qué siendo el Perú un país de muchísimas oportunidades, se ha aprovechado tan poco de ellas? Básicamente porque no nos hemos preocupado por diseñar nuestras propuestas empresariales a los detalles específicos de un país tan distinto y tan diverso como el nuestro. Veamos.
¿El Perú es un país distinto? Sí, y muchos empresarios cometen el gran error de creer que el crecimiento del PBI per cápita indica también un acercamiento de los gustos y necesidades de los países con más desarrollo. Ciertamente los datos económicos son un indicador de cuánto pueden gastar las familias pero no en qué quieren hacerlo. De hecho, en nuestros estudios, cerca de la mitad del Perú es “Nueva clase media” y tiene estilos de vida y criterios de consumo muy distintos a la clase media de los países más desarrollados. Mientras los Sofisticados y muchos Formalistas de la clase media tradicional querrán ropa de moda internacional y un departamento en un edificio, los Progresistas y Conservadoras de la nueva clase media tendrán sus modas propias y buscarán construirse una casita aunque sea lejos del centro. La evidencia de que se equivocan quienes creen que van a conquistar los grandes mercados copiando estrategias, productos y servicios de fuera, está en la baja penetración de productos y servicios “modernos” y en general de las marcas internacionales.
¿El Perú es un país diverso? Ciertamente, y lo determina nuestra naturaleza y nuestra historia. La naturaleza, porque no tienen las mismas necesidades de ropa, de alimentación o de transporte quienes viven al nivel del mar, a 3000 metros en los Andes o en la humedad y el calor de la selva. Más aun, nuestros estudios muestran 5 macroregiones con muy distintas características culturales y económicas. Así, la macrorregión Norte (con ejes en Chiclayo y Triujillo), de gente más extrovertida, difiere bastante de la industriosa y comerciante macroregion Centro (eje Huancayo). También, como lo vemos ahora hasta en actitudes políticas, ambas difieren de la orgullosa y crítica región Sur (con eje principal Arequipa), y todas ellas de la menos estructurada región Oriente y sobre todo, en expectativas y recursos, de la más próspera macroregión Lima. Tratar a todo el Perú como si fuera una unidad (o peor como si todo fuera la capital) es evidentemente un inmenso error.
Hoy, con el renacimiento de las expectativas sociales y empresariales, poco avanzaremod si seguimos actuando como si las provincias fueran iguales a Lima, y como si Lima fuera una copia en pequeño de países mas avanzados. Si realmente queremos crecer, y hacer crecer a todo el país, debemos adaptarnos a su diferencia y su diversidad. Que tengan una gran semana.
Rolando Arellano C.
Presidente de ARELLANO y profesor en Centrum Católica
Artículo completo en El Comercio