El Vaso medio lleno. Reflexiones sobre sociedad y empresa
¿Qué puede explicar comportamientos tan extraños de los votantes peruanos, como el que nos esmeremos en escoger autoridades que muy probablemente nos van a decepcionar? ¿Cómo se podría entender a quienes se esfuerzan en gritar “que se vayan todos”, sin preocuparse de quién podría reemplazar a los vacados? ¿Cómo interpretar el que una autoridad, en estos tiempos de omnipresentes redes sociales, muestre abiertamente joyas que pueden cuestionar su honestidad? Sin duda esas explicaciones no las podrán encontrar los politólogos usando los criterios lógicos tradicionales de su ciencia, y por eso quizás deberían hacer como los economistas, que al ver que su teoría clásica llegaba a explicar ciertos comportamientos, empezaron a buscar explicaciones psicológicas más profundas.
En efecto, cuando la economía tradicional, que se había confinado a sus modelos sobre la “racionalidad” de las personas se abrió a las explicaciones de una racionalidad diferente dadas por la psicología, pudo encontrar respuestas que la ayudaron a avanzar mucho, desarrollando una floreciente área de “behavioral economics”. Así, el saber que la preferencia por prestamistas, más caros y riesgosos, se fundamenta en que dan más confianza que los bancos, ayudó a que éstos empiecen a mejorar.
Y el explicar que la gente prefiere tomar la “irracional” decisión de recibir hoy 50 en vez de 100 dentro de un mes, ayudó a entender mejor la relación entre urgencia y tasas de interés en algunos grupos. ¿No ayudaría igual esa apertura a nuestros politólogos? ¿No avanzaríamos mucho como país si entendiéramos por ejemplo que el voto por el presidente Castillo no fue un tema de ideologías de izquierda o derecha sino más bien el resultado de una fuerte identificación social con el candidato del sombrero?, y ¿no cambiaría la oferta política si se entendiera, como lo vemos en nuestros estudios, que los movimientos anti sistema no muestran que la emprendedora población peruana está en contra del modelo de libre empresa, sino más bien quiere que ese modelo funcione bien?
En fin, si la economía ha dado pasos gigantescos gracias a reconocer aportes de la psicología, (como los del recientemente fallecido psicólogo Enmanuel Kahneman, Nobel de economía 2002), la política podría avanzar igual si enfatizara más su área de psicología política. Así, más allá de sus usuales explicaciones sobre teorías conspiratorias, grupos de poder u omnipresentes luchas de clases, tal vez pueda ayudarnos a entender temas tan extraños como el de los relojes Rolex, que hoy nos sorprenden. Que tengan una gran semana.
Rolando Arellano C.
Presidente de ARELLANO y profesor en Centrum Católica