“Los peruanos se desinteresan cada vez más de la política”.
Nos quedan muchas dudas de que, como algunos afirman, la reacción ciudadana ante el cierre del Congreso esté mostrando un resurgir del interés de los peruanos por la política. Más bien, es posible que ese dato diga que nos desinteresamos de ella, lo que genera un desafío y una oportunidad para la democracia. Veamos.
¿Desinterés por la política, aunque las encuestas digan que más del 70% de los peruanos quiere que se vayan todos? Justamente. Porque ese explicable descontento por unos políticos se da sin que paralelamente se piense en la alternativa. Pregunte usted, lector, a sus conocidos por quién votará para remplazar a los congresistas salientes y la respuesta será una interrogante. Y si les preguntara si al menos supieran qué tipo de ideas apoyarán, la duda será igual, salvo quizás “que no sean corruptos”. Eso sin reconocer que los “corruptos” anteriores fueron elegidos por ellos. No es una posición contra esos políticos, sino contra la política.
Pero ¿qué hay de la aprobación al presidente en ejercicio? Sin duda, la población lo aprueba, principalmente por dos razones. La primera, que viene de antes, es que no tiene el perfil del político clásico, ni partido ni antecedentes y quizás porque supone que no ha podido actuar más por culpa de la oposición. La segunda, por haber cerrado un Congreso de políticos muy desprestigiados. En ambos casos se le aprobaría, no por ser político, sino por oponerse y no actuar como ellos.
Entonces, ¿qué debería hacerse? Las autoridades actuales deberían entender que sus verdaderos niveles de aprobación como políticos, que lo son, está recién por construirse. Y que deben escoger muy bien su compañía, pues muchos políticos se acercarán con halagos, aprovechando la euforia del inicio, para conseguir posiciones en las que repetirán los problemas sobre los que el pueblo luego criticará a todos.
Pero mucho más importante que eso es que, por el lado ciudadano, todas las personas conscientes, usted señor y señora lectores, debemos convertir este momento en una oportunidad de renacimiento democrático. Para, aprovechando la efervescencia actual, empezar a educar a los conciudadanos a escoger bien a quienes los van a representar. Sobre todo para que no voten por quienes desde adentro podrían destruir el bienestar que millones de familias peruanas obtuvieron con su trabajo. Y a los que más tarde pensarán en vacar.
Y esa es una tarea urgente, porque en unas pocas semanas todos deberemos tomar decisiones que podrán tener una influencia fundamental en el futuro del país. Y así quizás podremos convertir el problema cívico de estos terribles días en una gran oportunidad para renovar la fe de los peruanos en el sistema democrático. Que tengan una gran semana.
Rolando Arellano Cueva
Presidente de ARELLANO y Profesor en Centrum Católica