Es repetitivo hablar del crecimiento del ecommerce. En anteriores artículos hemos recalcado que en el Perú estamos en una etapa inicial, que el potencial de crecimiento es grande y que los negocios basados solamente en tiendas físicas corren riesgo en la medida en que no complementen su actividad con tiendas virtuales.
Ante esto, creo pertinente que nos vayamos familiarizando con dos modalidades, que ya existen en nuestro país y que tienen un desarrollo mayor en otras economías: el showrooming y el webroming.
El showrooming se da cuando un comprador visita una tienda física, revisa el producto que le interesa (lo toca, lo prueba, compara entre varias marcas, etc.) para luego hacer la compra por internet. Y esto ocurre básicamente por dos motivos: el primero es que siente más confianza al ver, tocar o probar el producto que le interesa antes de comprarlo y, segundo, porque piensa que comprando por internet va a conseguir mejores precios, lo cual muchas veces ocurre.
Por otro lado tenemos el webrooming. Esta modalidad se da cuando el cliente busca primero el producto por internet. Luego puede comprarlo por esta vía para luego recogerlo en la tienda o ir directamente a la tienda para comprarlo allí. Las razones de este comportamiento son varias, siendo la principal, otra vez, la confianza que le da el tocar y probar el producto, aunque también es importante destacar que hay personas que no quieren pagar por envíos o esperar mucho tiempo para recibir su producto.
En nuestro país no tenemos estadísticas sobre el número de personas que utilizan estas modalidades, pero para entender su magnitud y su potencial mencionaremos que en Estados Unidos, el 46% de los compradores por internet suelen hacer showrooming y el 69% webrooming.
Lo dicho anteriormente nos lleva a resaltar la importancia de complementar tiendas virtuales con tiendas físicas, especialmente cuando el negocio comenzó con esta última modalidad y tiene un arraigo grande en ella. Evidentemente, esto implica cuidar sobremanera en la tienda física la experiencia del cliente, la cual debe ser impecable.
Alberto Haito
Director de ARELLANO