“Trate de conservar los atributos por los que su público lo prefería antes”.
El decidir cómo enfrentar la nueva normalidad pos-COVID-19, muchos empresarios cometen errores fundamentales. Aquí siete recomendaciones para evitarlos, que damos frecuentemente en nuestras consultorías.
1. No se desanime. Aunque ya se lo han dicho, recuerde que el cambio es permanente y que los peruanos ya hemos vencido problemas inmensos, como la hiperinflación o el terrorismo. Ya lo hicimos antes y podremos hacerlo de nuevo.
2. No se precipite. Siendo importante salir rápido, tome decisiones basadas en evidencia real. Si siente que su producto no está preparado para las nuevas exigencias, o si cree que las reglas aún no están suficientemente definidas por las autoridades, mejor respire profundo, prepárese bien y espere. No por mucho madrugar se amanece más temprano.
3. Sepa que sus clientes no han cambiado. Entienda que las edades, gustos y estilos de vida de sus clientes se mantienen, con algunos cambios de actitudes y comportamientos. La casera seguirá siendo intolerante a la lactosa, y el comprador de equipos tendrá el mismo ceño fruncido, pero hoy querrán mejor refrigeración o más plazo de pago. Entienda esos cambios y aproveche el relacionamiento ya ganado con ellos.
4. Analice bien sus costos. Analice bien cuánto le costará abrir su negocio ahora. Estudie cuánto podría disminuir la demanda, compárela con los nuevos costos y vea si su flujo de caja podrá afrontar los desbalances. Entienda que el préstamo que recibirá del Gobierno es un pasivo por devolver. Y si no dan los números, cambie sus estrategias.
5. No subestime la complejidad del e-commerce. Sin duda la digitalización ayudará mucho, pero no olvide que una buena estrategia comercial virtual exige mucho más que ampliar sistemas informáticos. Hay que redefinir productos, precios, formas de distribución y otros aspectos fundamentales del negocio. El e-commerce es mucho más que una herramienta.
6. Conserve su esencia. No confunda “reinvención” con “renacimiento” y, salvo que no tenga otro recurso, trate de conservar esos atributos por los que su público lo prefería antes, ya sea tipo de producto, amabilidad, rapidez u otro. Convertirse en farmacia (porque ahora más gente quiere medicinas) podría ocasionar que la mejor pizzería del distrito se convierta en la botica menos competitiva de la cuadra.
7. No haga caso a todo lo que le digan. Si está seguro de haber analizado todo bien y cree que su proyecto es lo más conveniente para su empresa, incluso yendo contra alguno de los seis puntos anteriores, siga adelante. Las recomendaciones ayudan a tomar mejores decisiones, pero nunca van a reemplazar su buen juicio.
Que tengan una gran semana.
Rolando Arellano Cueva
Presidente de ARELLANO y Profesor en Centrum Católica