-Abue, apúrate que vamos a llegar tarde a la inauguración del mall, le dice Yoselyn a su abuelita. -¿Mol? ¿Qué es eso?, contesta doña Rosalía. ¿No íbamos al nuevo mercado? -Es un nuevo mercado, abue, pero moderno y bien bonito. -Ay hijita, entonces será un nuevo Centro Comercial, en Arequipa tenemos 5. -Sí, Mama Rosa, a pesar de tener un millón de habitantes, más que tu Arequipa, este es el primero de San Juan de Lurigancho.
Llegaron rápido pues habían arreglado las pistas de la zona, y encontraron tanta gente desesperada por entrar que tuvieron que esperar turno. -Cuánto alboroto, sí que se demoraron en construir esto. -Si, abue, aquí lo esperábamos desde hace años, pero parece que no se construía por los trámites municipales y porque los inversionistas esperaban a que el país mejore. Felizmente eso se superó y todos en San Juan estamos felices.
Al entrar, en vez de correr y desordenarse como otros que más impacientes, abuela y nieta caminaron tranquilas, como respetando y cuidando el nuevo orgullo del barrio. No las maravilló tanto la novedad de las tiendas, pues ya visitaban “malls” de otras zonas, pero la satisfacción les entró literalmente por la piel, el aire acondicionado era riquísimo. Luego, inconscientemente, se relajaron, por la seguridad de caminar sin miedo a que les roben.
-Te cuento mamita que la Letizia y 2 amigas están trabajando aquí. Antes vendían ropa en el mercado, pero acá tienen seguro, CTS y buen horario ¡Son como cinco mil empleados, un montón! – ¿Y a ti no te convendría? -Quizás después, por ahora sigo estudiando en el instituto y luego postulo para jefe de tienda, sonrió. Siguieron caminando.
-Oye Yosi, ¿no te quieres comprar esa blusita? -No, abuelita, estoy guardando para comprarme una laptop. -Anda, pruébatela, te va a quedar bien bonito, yo te la regalo, he vendido bastantes productos este año. ¿Has visto a esa pareja cargando un televisor? Igualito vi hace 20 años que vine a Lima con tu abuelo Rosendo y visitamos el primer centro comercial del Cono Norte. -No es Cono, abuela, es Lima Norte- le dijo mientras recogía un papel que algún desadaptado, hay, pero no son mayoría, había arrojado.
Y como muchos otros visitantes, ese día, agarradas del brazo, abuela y nieta disfrutaban del gran aporte que hacen las empresas formales al entrar al mercado de las grandes mayorías: genera orgullo hace felices a clientes y usuarios, crea puestos de trabajo formal, paga más impuestos y aporta más tributos a los municipios. Todos ganan.
N.B. Condenamos los asesinatos en minera Poderosa, que, más allá del terrible delito, son un atentado contra la formalidad y el futuro del país.
Rolando Arellano C.
Presidente de ARELLANO y profesor en Centrum Católica
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