“A las mujeres no hay que entenderlas, sólo hay que quererlas…” Esta frase, común en el ámbito personal, debería mantenerse alejada del argot empresarial debido a su óptica simplista, en la cual las empresas deberíamos evitar caer. A vísperas del día de la mujer, es inevitable cuestionarnos: ¿En qué medida las empresas comprenden verdaderamente a las mujeres como consumidoras y tomadoras de decisiones? Las mujeres desempeñan un rol protagónico en las decisiones de compra. En el 2007, el 29% de las mujeres se describían como jefas de hogar; para el 2023, esta cifra ha aumentado al 36%. Esto evidencia un cambio significativo en los roles tradicionales y en la influencia de las mujeres en el ámbito económico y social.
¿Qué tan profundo llega a ser nuestro entendimiento sobre ellas?, sabemos ¿qué piensan y que sienten? ¿Cuáles son sus principales preocupaciones y aspiraciones? Están buscando: ¿innovación? ¿diferenciación? ¿éxito profesional? El tener este tipo de respuesta permitiría que las marcas puedan conectar genuinamente con ellas, pudiendo generar un mejor relacionamiento con ellas.
¿Qué dicen y que hacen? ¿Qué ven? ¿Qué oyen? ¿Qué les preocupa de su entorno? Resolver estas incógnitas ayudaría a las empresas a saber qué tipo de atención debería brindarles, que tanto detalle están esperando al momento de adquirir un producto/servicio. De manera que puedan desarrollarse soluciones más a su medida.
¿Qué las frustra? ¿qué miedos y obstáculos encuentra? Quién entienda las potenciales frustraciones/barreras, podría volverse su aliado y su solución ante aquello que hoy le genera rechazo, encontrando una marca que la entienda y empatiza con ella.
Es claro que las mujeres han evolucionado en el tiempo, han roto paradigmas, adquirido nuevos roles. Perú es top 3 de los países de Latinoamérica con mayor fuerza laboral de mujeres y con alta participación en provincias: Moquegua (59.9%), Cusco (58.3%), Ica (58.9%). Tenemos mujeres que quieren seguir realizándose, siendo uno de los caminos para lograrlo la educación por ello el interés de seguir estudiando y creciendo en el ámbito profesional, pero sin descuidar a la familia. Papel al que aspira la mujer moderna que viene creciendo en el tiempo en el 2017 representaban al 27% de la población y ahora son el 31%.
Entonces, ¿cuál es el papel de las marcas en este escenario? Las marcas tienen la responsabilidad de acompañar genuinamente a las mujeres en la consecución de sus metas y aspiraciones. Esto implica no solo ofrecer productos y servicios de calidad, sino también crear espacios inclusivos y empáticos que reconozcan y valoren la diversidad de experiencias de las mujeres.
¿Cuál es mi rol como marca para acompañarlas genuinamente a lograr sus metas?
Para las empresas, el desafío radica en interpretar adecuadamente la información recopilada sobre las mujeres y utilizarla para desarrollar estrategias y campañas que generen conciencia y conexión emocional con sus consumidoras. marcas comprometidas que generen conciencia en función a lo realmente importante, un enfoque centrado en las necesidades y experiencias de las mujeres no solo fortalecerá la relación entre las marcas y sus clientes, sino que también contribuirá a la construcción de una sociedad más equitativa y justa para todos.
La mujer cambió y seguirá haciéndolo en el tiempo, solo aquellas empresas que se interesen en entenderlas a flor de piel (aspecto nada sencillo) podrán aspirar a quedarse en sus mentes y sus corazones. Estamos en el momento adecuado para seguir rompiendo estereotipos, desnudarnos de paradigmas y desarrollando buenas estrategias para llegar a ellas. Sin duda, un reto en los que muchos son los llamados pero pocos los elegidos.
Ana Lucía Navarro
Gerente de Cuentas de ARELLANO